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Lasaña de carne y chorizo

El Chorizo es un producto muy versátil que en la cocina da lugar a elaboraciones tan sabrosas como esta Lasaña de chorizo.

INGREDIENTES

Placas de pasta para lasaña

200 g de carne picada

100 g de chorizo de La Abuela Loli

Un pimiento, una cebolla y un diente de ajo

Tomate natural triturado

Nuez moscada fresca

1 cucharada de mantequilla

Aceite de oliva virgen extra

1 cucharada de harina

200 ml de leche

150 g de mozzarela

Orégano

Sal y pimienta

ELABORACIÓN

Empezamos picando fino la cebolla, el ajo, el pimiento y el chorizo de la Abuela Loli.

En una sartén con un poco de aceite de oliva sofreímos un poco la mezcla anterior, a continuación le agregamos la carne picada, removemos y salteamos bien, y le añadimos el tomate triturado. Salpimentamos y dejamos que se haga. Reservamos.

Por otro lado, hacemos una bechamel tostando harina en una sartén y, cuando esté, añadimos la leche en tres veces. Dejamos espesar y le agregamos la nuez moscada, la sal y la pimienta.

Precalentamos el horno a 180 ºC.

Montamos la lasaña poniendo una sucesión de una base del sofrito de tomate con la carne y el chorizo, placas, de nuevo tomate, orégano y placas, repitiendo hasta acabar con la bechamel y la mozzarela rallada. Horneamos a 180 ºC, hasta que veamos que la parte superior queda tostada.

El chorizo a lo largo de la historia

La matanza del cerdo es una de las tradiciones gastronómicas y culturales más arraigadas en España. Todo un ritual con el que las familias obtenían carne y, sobre todo embutidos, para todo el año, prácticamente hasta que se realizaba de nuevo. Y es que, aún en muchos lugares, la matanza y su modo de realización de antaño, siguen vigentes en la actualidad.

El chorizo, tal como lo conocemos hoy, nació con la llegada a España en el siglo XVII, desde América, del pimentón, una especia hasta entonces desconocida que le aportó su característico color rojizo y sabor picante, ya que hasta ese momento el chorizo presentaba una tonalidad negra o blanca según llevara sangre o no.

Ya en 1726, la Real Academia de la Lengua recoge una primera definición de chorizo en el Diccionario de Autoridades: “Pedazo corto de tripa, lleno de carne, regularmente de puerco, picada y adobada, que normalmente se cura al humo”. Y es que el fuego y la sal —dos elementos imprescindibles para la aparición de cualquier tipo de chacina— permiten la conservación de la carne por mayor tiempo, y así la carne obtenida en las matanzas se podía consumir durante todo el año, sin problemas.

Hay una curiosa anécdota del Rey Carlos IV que cuenta que estando de cacería se encontró con un choricero del lugar y este le ofreció un chorizo que portaba en sus alforjas; al monarca le gusto tanto, que le nombró proveedor oficial de la Casa Real, hecho que quedó retratado en un tapiz llamado El choricero, del artista Ramón Bayeu.

Croquetas de morcilla

Las croquetas de morcilla son una delicia al paladar. Suaves cremosas y con un sabor sorprendente.

Ingredientes:

1 morcilla de La Abuela Loli

50 ml Aceite Oliva Virgen Extra

60 gr harina

1/2 l leche

Sal

Huevo

Pan rallado

Pimienta negra molida

Nuez moscada

Elaboración: 

Quitar la piel de la morcilla y cortarla en trozos.

En una sartén al fuego poner la morcilla y desmigarla. Moviendo de vez en cuando dejar que se fría bien. Incorporar la harina poco a poco, al igual que la leche y remover. Echar un poco de sal, pimienta negra recién molida y nuez moscada. La mezcla la removemos durante 10 minutos a fuego suave.

Poner la masa en un recipiente y cubrir con papel film. Dejar que la masa se enfríe, y a continuación introducirla un par de horas en el frigorífico.

Una vez enfriada, moldeamos las croquetas con la mano y las pasamos por harina, huevo y pan rallado. Freír en abundante aceite caliente hasta dorar. Poner sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite y servir.

Morcilla al horno

La morcilla al horno es una forma de preparar la morcilla de manera saludable, pues de esta manera tiene menos grasa.

Ingredientes:

1 morcilla de La Abuela Loli

Aceite de oliva Virgen extra

Elaboración: 

Introducimos las morcillas de La Abuela Loli en una bandeja de horno. Echamos un chorrito de aceite por encima. Colocamos la bandeja en el horno, previamente calentado a 180ºC con calor arriba y abajo. Dejamos hornear todo durante unos 10 minutos, hasta que la morcilla se cocine. Y ¡a disfrutar!

Embutidos y embarazo

Si te encantan los embutidos y estás embarazada, te estarás haciendo la pregunta: ¿Se puede comer embutidos durante el embarazo?

Para determinar si una mujer puede comer embutidos, uno de los tipos de carne que pueden tener un riesgo potencial de toxoplasmosis para la embarazada, se realizan una serie de análisis de sangre, que son capaces de determinar si la mujer tiene anticuerpos de esta enfermedad.

Si la futura madre ya ha pasado una toxoplasmosis antes del momento de la concepción, está inmunizada y no tiene ningún problema para consumir embutidos. En cambio, si los análisis no registran la presencia de anticuerpos, esto significa que la mujer todavía está en peligro de contagiarse, por lo que debe extremar sus precauciones en los meses de embarazo.

Si los análisis indican que una embarazada no está inmunizada contra la toxoplasmosis, el médico le recomendará que tome ciertas precauciones, que incluyen no consumir productos cárnicos y embutidos no elaborados, ni frutas y verduras que no hayan sido bien lavadas.

Las mujeres embarazadas que han dado negativo al toxo-test y, por tanto, corren el riesgo de contraer una toxoplasmosis, deben evitar completamente el consumo de embutidos crudos, o curados, como jamón serrano, el chorizo, etc., mientras que sí pueden tomar embutidos cocidos, como jamón de York, la pechuga de pavo y la mortadela.

Por su parte, las mujeres que han dado positivo al toxo-test pueden comer cualquier tipo de embutido, puesto que ya no corren riesgo de contagiarse de la enfermedad.

Cómo se elaboran los embutidos

Los embutidos caseros se elaboran con carne picada, grasa, tripa para embutir y condimentos y especias. En Embutidos La Abuela Loli logramos el equilibrio perfecto en la mezcla de carnes de cerdo y especias  naturales. 

El proceso de elaboración consta de las siguientes fases.

– Selección y preparación de materias primas: la carne debe estar refrigerada

– Picado: se utilizan máquinas picadoras que cortan la carne de acuerdo con el embutido que se vaya a realizar.

– Mezclado y amasado. Una vez la carne esté picada, se debe mezclar con la grasa para hacer una masa uniforme.

– Condimentación. Con la masa ya hecha, es el momento de echar sal y el condimento elegido, pimentón, pimienta…

– Maceración. El siguiente paso es la maceración de la masa, es decir, que la sal penetre en la carne y comience de forma controlada el proceso de maduración.

– Embutido. Una vez esperado el tiempo suficiente, se procede al embutido de la carne. Con una máquina que permite rellenar las tripas de forma uniforme, se va creando el producto final.

– Cocción. Para darle una consistencia firme al embutido, normalmente se lo somete a un proceso de cocción, de ahumado, o incluso ambos. – Secado. Una vez se ha finalizado el proceso de elaboración de embutido, se debe dejar secar. Se colocan en secaderos con una temperatura más elevada para que pierda el agua y consiga una mejor conservación. Una vez secado, se envasa y se conserva en frío.

Nuestra receta del lomo en manteca

La especialidad de La Abuela Loli  es el lomo en manteca colorá. Una receta transmitida de generación en generación, con sabor a pueblo. El lomo en manteca es una forma muy malagueña de consumir carne de cerdo, que se puede tomar tanto en frío como en caliente.

Para hacer el lomo en manteca colorá utilizamos el mejor lomo de cerdo, el cual cortamos en tacos gruesos. También utilizamos manteca, en este caso procedente de cerdo ibérico, para que le dé un gusto aún mejor.

Para el adobo, utilizamos: vinagre de vino, ajo, orégano, pimentón dulce, laurel, sal y agua.

Una vez hecho el adobo introducimos el lomo, procurando que quede todo cubierto, y lo mantenemos en adobo unas 24 h, a temperatura refrigerada.

Derretimos la manteca y doramos el lomo con la misma manteca de cerdo. Una vez dorado, se le agrega el caldo del adobo previamente colado. Dejamos que el lomo se cueza lentamente en la manteca, hasta que el caldo se haya consumido.

La carne que se deshilacha del lomo la utilizamos para hacer zurrapa, la cual vamos separando con una espumadera.

Cuando ya está hecho, se vierte en un recipiente debiendo quedar el lomo cubierto por la manteca para su buena conservación. Dejamos cuajar y ya está listo para consumir.

Cómo conservar los embutidos

La propia curación de los embutidos son en sí mismas técnicas naturales de conservación. No obstante es bueno llevar a cabo una buena conservación en casa, por ello te damos los siguientes consejos de La Abuela Loli.

Si el embutido está sin abrir y tenemos varias piezas, lo ideal es colgarlo en un lugar fresco, seco y lo más oscuro posible sin que las piezas se toquen. De esta manera evitaremos que los embutidos suden y también impediremos que les dé la luz del sol. La temperatura ambiente debe mantenerse entre los 15 y los 20 grados centígrados e intentar que sea constante, sin cambios bruscos.

Una vez que se empieza a consumir la pieza de embutido, debe seguir colgada con la parte empezada hacia abajo. La zona de corte se puede untar ligeramente con aceite de oliva y taparla con plástico transparente.

El embutido no se debe guardar en la nevera, salvo que la zona la que temperatura ambiente supere los 25 grados centígrados. En este último caso, procura sacarlos del frigorífico varias horas o incluso un día antes de consumirlo, para que no esté demasiado duro. Si ya se nos ha puesto duro, podemos cubrirlo con un trapo de algodón mojado y muy bien escurrido durante un ratito.

Cuando tenemos el embutido cortado en rodajas o loncheado, lo podemos guardar formando una torre y envuelto en papel film, preferiblemente dentro de una fiambrera. A la hora de consumirlo hay que ser previsor y sacarlo unas horas antes, dejarlo atemperar en el mismo plástico y, un poco antes de comerlo, emplatarlo para que sude.

Por último, hoy en día es muy frecuente comprar el embutido loncheado y envasado al vacío. En este caso, se puede conservar perfectamente en un lugar fresco y seco. Una vez que abierto el envase, lo mejor es acabarlo en el momento. Pero si sobra alguna loncha, sigue el consejo anterior.

Lentejas con chorizo

Las lentejas con chorizo son un clásico de la gastronomía española, ideales para los días de frio. Si utilizas lentejas pardinas, que no necesitan remojo previo, las tendrás ¡listas en un periquete!

Ingredientes:

400 gramos de lentejas

2 chorizos La Abuela Loli

1 cebolla mediana

1 tomate

1 pimiento verde

1 patata

2 zanahorias

2 dientes de ajo

Agua

Aceite

Sal

Pimienta

Pimentón

Elaboración: 

Cortamos en trocitos pequeños el ajo, la cebolla y el pimiento verde. Añadimos a la olla con un chorrito de aceite de oliva y sal. Sofreímos hasta que la cebolla esté transparente. En último lugar añadimos el tomate previamente rallado.

Mientras tanto cortamos el chorizo en rodajas. Cuando el sofrito esté listo, sofreímos un poco el chorizo.

Incorporamos las lentejas, las especias, la patata y las zanahorias cortadas.

Cubrimos con agua. Si nos gustan más espesas, cubrimos todo unos tres dedos por encima de los ingredientes, si las preferimos más claras, echamos más agua.

Encendemos el fuego al máximo, y cuando el guiso empiece a hervir bajamos el fuego y lo dejamos cocer destapado. Salpimentamos al gusto, removemos de vez en cuando, y dejamos cocinar unos 40 minutos a fuego lento.

Macarrones con chorizo

Los macarrones con chorizo son una receta rápida, económica y que te puede sacar más de un apuro cuando tienes pocos ingredientes en casa.

Ingredientes:

400g de macarrones

2 chorizos de La Abuela Loli

1 cebolla

2 dientes de ajo

400g de tomate triturado

Aceite de oliva

Orégano

Queso rallado para gratinar

Elaboración: 

En una olla, ponemos un pequeño chorrito de aceite. Calentamos a fuego fuerte y añadimos el chorizo cortado en trocitos. Lo cocinamos a fuego fuerte un par de minutos. Pasado este tiempo retiramos y reservamos en un plato.

Bajamos la potencia del fuego y, en este mismo aceite, ponemos los dientes de ajo picados. Dejamos cocinar un par de minutos a fuego suave. Posteriormente añadimos la cebolla, que la pochamos hasta que se torne transparente. En último lugar incorporamos el tomate triturado y dejamos unos 5 minutos a fuego suave, hasta que se evapore el agua y el tomate se cocine bien. Espolvoreamos con orégano.

Mientras tanto, cocemos los macarrones. Para ello, en una olla ponemos abundante agua. La ponemos al fuego a temperatura alta y cuando rompa el hervor, echamos un puñado de sal y añadimos los macarrones. Mezclamos con frecuencia sobre todo, durante los primeros minutos de la cocción, para evitar que se peguen al fondo. Pasado el tiempo de cocción indicado en el envase de los macarrones, escurrimos del agua.

Con la salsa ya hecha, volvemos a introducir el chorizo en la sartén donde tenemos el tomate y la cebolla. Incorporamos los macarrones. Mezclamos todos los ingredientes sin retirar del fuego.

Los pasamos a una bandeja de horno. Espolvoreamos queso rallado por encima y gratinamos.

¡De rechupete!

Tartar de salchichón de Málaga

El tartar de salchichón de Málaga suena a receta sofisticada, pero cuando veáis lo sencillo que es de hacer, lo preparareis más de una vez y tu familia se quedará ¡con la boca abierta!

Ingredientes:

Un salchichón de Málaga de La Abuela Loli

1 yema de huevo

40g aceite de oliva virgen extra

5g mostaza de dijon

20g cebolleta

Orégano

Elaboración: 

Para hacer el tartar de salchichón, empezamos retirando la piel al mismo. Cortamos el salchichón en cuadraditos muy pequeños y reservamos.

En un bol añadimos la yema de huevo, el orégano y la mostaza. Mezclamos y vamos añadiendo poco a poco el hilo el aceite y la vez mezclando con una cuchara hasta formar una salsita espesa, a modo de mayonesa casera. Añadimos sobre la salsa el salchichón y lo dejamos que se maceren sus sabores mientras cortamos la cebolleta.

Al igual que con el salchichón, intentaremos cortar la cebolleta muy pequeña y uniforme. Se la incorporamos al tartar y terminamos de integrar.

Para servir el tartar de salchichón, debemos usar un aro de emplatar (si no tenemos un aro, podemos cortar una botella de plástico, cortándole la base y la parte superior) ponemos cantidad suficiente, presionamos y levantamos el aro con cuidado.  Sirve acompañado de tostas o piquitos de pan.

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